El proceso de terapia psicológica tanto en su forma individual, de pareja o familiar, así como en la modalidad tanto Presencial como Online consta de consultas o sesiones de alrededor de una hora de duración, una vez a la semana (a veces puede ser más de una consulta a la semana si él/los paciente/s desean recibir más de una consulta semanal, o sí el terapeuta detecta alguna situación de riesgo que deba ser valorada con regularidad; pero por lo general es una sesión a la semana).
La primera sesión es una consulta de exploración esencialmente: Después de que el terapeuta tome los datos generales del paciente, le pedirá que exponga el motivo de la consulta. Cuando el/la paciente haya expuesto el problema que le llevó a terapia el terapeuta le hará algunas preguntas puntuales sobre su problema . Una vez que el terapeuta tenga una visión más completa de la dificultad, pasará a establecer con el paciente cuales son los objetivos o metas que desea alcanzar con el proceso de psicoterapia. Finalizará la sesión prescribiendo las primeras tareas, las cuales pueden ser desde adecuaciones a la vida cotidiana hasta entrenamiento en relajación respiratoria, ordalías, ejercicios conductuales, u otras técnicas de intervención psicológica. El psicólogo jamás prescribirá medicamentos ni extenderá receta alguna, ya que los únicos profesionales de la salud capacitados para recetar cualquier medicamento son los médicos; sin embargo si el psicólogo detecta una situación que requiera una valoración médica podrá extender una nota de referencia para que el paciente la presente al asistir al médico especialista y que éste conozca las impresiones del psicólogo y los motivos de porque recomienda la valoración médica.
Cuando se trata de terapia de pareja o familiar, el procedimiento es muy semejante, pero se diferencia en que el motivo de consulta debe ser expuesto por cada asistente, para que el terapeuta conozca las diferentes percepciones de un mismo problema. Si el tiempo lo permite el terapeuta hablará por separado con cada uno de los asistentes para clarificar detalles y hacerles preguntas puntuales sobre la problemática (a veces debido al tiempo, éste paso se llevará a cabo en la segunda sesión). Invariablemente el terapeuta siempre prescribirá las primeras tareas o adecuaciones para empezar a generar la mejora.
Durante la segunda sesión, se revisan las tereas prescritas y se valora si ha empezado a haber un cambio positivo en la problemática del/la/los paciente/s. Se termina de explorar la problemática si es que el factor tiempo no lo permitió en la primera sesión, se prescriben nuevas tareas, pueden modificarse las ya prescritas o se recomienda continuar las primeras si es que están empezando a generar mejora en la problemática.
Se inicia entonces una dinámica de seguimiento y observación sesión a sesión, siempre persiguiendo los objetivos planteados por el/la paciente, la mejora de la problemática y propiciar cambios positivos que prevengan el recrudecimiento del problema.
Cuando se ha alcanzado una mejora significativa, las sesiones pasan a ser quincenales, y la dinámica vuelve a cambiar, esta vez centrándose en la supervisión y mantenimiento de la mejora generada, retroalimentando al paciente sobre su aprendizaje y adquisición de herramientas socio emocionales que le han ido permitiendo adaptarse a la problemática e irla solucionando.
Una vez que el paciente ha generado no solo la mejora significativa, sino la habilidad de mantenerla y enfrentar las situaciones emocionalmente estresantes, las sesiones pasan a ser mensuales; en esta etapa que es la última del proceso, las consultas son más bien de revisión o check up emocional general, para dar paso a la alta definitiva.